Vuelo 647

Todo el pasaje instalado en sus asientos y esperando la llegada de los pilotos para el despegue. En ese momento, dos hombres entran en el avión, con uniforme de piloto. Llevan gafas negras, uno de ellos sujeta por la correa un perro lazarillo y el otro con un bastón plegable de mano. Entran en la cabina y cierran la puerta.

Algunos pasajeros se ríen nerviosamente y todos se miran con una expresión entre sorpresa, miedo y escepticismo.
Unos minutos mas tarde se encienden los motores y el avión empieza a tomar velocidad en la pista; el avión cada vez más deprisa y parece no despegar nunca. Los pasajeros miran por las ventanillas y se dan cuenta de que se dirige directamente hacia un lago que se encuentra al final de la pista. Varios pasajeros empiezan a pensar que nunca despegarán. Los gritos de los pasajeros llenan el avión, pero justo en ese momento, despega lentamente, sin ningún problema.

Los pasajeros empiezan a recuperar la calma, se ríen sintiéndose estúpidos por haberse asustado tanto. En unos minutos el incidente queda olvidado.

En la cabina, el piloto toca, sin querer, el botón del altavoz y comenta con su compañero:
-Un día de estos, estos hijos de puta van a gritar demasiado tarde y nos vamos a matar todos…

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